Artículo publicado en El Librepensador, 19 de Octubre de 2009
CIF: B-99216863 | ISSN: 1989-2624
Fractales con connotaciones de laberintos. Generados por Myriam B Mahiques
Los laberintos han sido construidos en muchas culturas, en todos los
continentes; los arqueólogos han encontrado sus trazas en datas de 4000 años
atrás. También se especula que este símbolo data del período paleolítico
(20.000 AC) en arte prehistórico en las rocas. El laberinto se sustenta en un
modelo universal de desorientación, con una cualidad psico-somática que desata
nuestra experiencia. Su significado se expresa tanto a nivel consciente
(arquitectura) como inconsciente (memoria y experiencia).
El laberinto o maraña es una buena analogía para describir ciudades de
estructuras de tendencia fractal. Más que el modelo geométrico en sí, la ciudad
es un laberinto sólo para los usuarios no alertas, o los extranjeros. Por más
que las sensaciones y sentimientos se enardecen, ellos no saben cómo
desplazarse, desconocen cómo salir de allí. En las ciudades antiguas, la
analogía está vista en la red de caminos y corredores de su construcción
tangible, pero en la ciudad moderna, se refiere a la atracción y el temor que
ella transmite. En ambos casos, el mismo estado psicológico es producido:
confusión, desorientación. En este sentido, como dice Walter Benjamín, la
ciudad moderna se vuelve un Teseo dentro del laberinto del Minotauro...
Theseus y el laberinto.Bajado de www.maui.net/Miserere
El laberinto más conocido es el de siete circuitos. El autor de ¨Through
the Labyrinths¨, Herman Kern, especula que han sido originados en el período
Neolítico, en los rituales de observación celestial donde la forma psíquica
espiralada crea una disposición de danza y movimiento hacia un punto central; o
posiblemente en cultos en cuevas en los que las cavernas tortuosas simbolizaban
las entrañas de la Madre Tierra. Sin embargo, Henri Lefebvre, afirma que el
laberinto fue una construcción político militar diseñada para atrapar a
enemigos; también servía como palacio, fortificación, refugio, antes de
volverse símbolo.
El movimiento se debe considerar independientemente del motivo gráfico.
Kern sugiere que el camino en los siete circuitos tiene una conexión cultural y
antropológica; el camino interno, luego el circuito externo con un punto
central al que se debe llegar y salir, tienen una metáfora implícita del camino
de la vida a la muerte y luego a la resurrección. El círculo, representaría el
todo. Este sería un verdadero laberinto de Teseo, donde no hay calles sin
salida que engañen al explorador, sólo se trata de un solo recorrido que se
dirige inexorablemente al centro, y de allí, se regresa a la salida. Según
Humberto Eco, el punto importante consiste en tener al Minotauro en el centro,
el terror viene porque uno no sabe dónde encontraremos al Minotauro.
Laberinto. De Leonora Carrington
Existe otro tipo de laberinto, cuyo término en inglés es ¨maze¨, y que
traduciré tentativamente como ¨maraña¨. Esta tipología es una red, a la que
Deleuze y Guattari llaman rizoma. El rizoma, al igual que su concepto análogo
en botánica, se constituye de caminos (raíces) que se interconectan, no hay
centro, ni periferia, ni salida, potencialmente es infinito. En filosofía
rizoma describe entradas múltiples, no jerárquicas y puntos de salida en datos,
son su representación e interpretación. Es difícil ver la extinción de un
rizoma, ya que siempre uno nuevo está emergiendo. O sea, no es un laberinto en
sentido estricto, sino una ¨maraña¨ que admite rutas alternativas.
En paisajismo, el laberinto ha logrado un ¨revival¨ de los antiguos estilos
geométricos de jardín; suele diseñarse con una intrincada red de caminos,
generalmente cerrada con arbustos, donde no es posible ver el centro. Se
utilizan también como caminos ¨sanadores¨ que ayudan a lograr la estabilidad
emocional. La persona necesita caminar, sumergirse en él, luchar por encontrar
el centro, porque es imposible advertirlo de una sola mirada. Estos laberintos
se han construido en prisiones, centros de rehabilitación de drogas, centros
médicos y por supuesto en jardines domésticos. Una vez dentro de ellos, la
orientación racional de disturba, el iniciado confundido pierde temporalmente
su camino para entrar en conexión con la
naturaleza.
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