Tuesday, July 31, 2012

Buenos Aires: cuadrícula urbana y fractalidad a la luz de aspectos sociales

Publicado en Proceedings de CONGRESO FFRACTARQ, España 2004:


ABSTRACT
Investigations about urban form are developed in many directions, being the history branch the strongest. It is based on the importance of forms created for previous generations. So, urban morphologists must examine the inhabitants and the processes that origined the urban form. In our discipline, ´´epistemological fisicalism´´ is studied through the theory of complex systems and chaos theory. The resultant shape is obtained by selecting some elements of the abstract structure considered (non Euclidean geometry) and simulation software is used for experimentation, like L Systems, Difussion Limited Aggregated, Cellular Automata. Then we have to discover what is veiled at first sight and to reflect on the optimal model for the community.

INTRODUCCIÓN
El concepto de experimento presupone la existencia de una teoría, sin teoría no habría experimento, sólo observación. El término “teoría de la arquitectura” sugiere un dominio científico de la arquitectura, cuya intención reside en proveer de confiabilidad a los fundamentos teóricos de la disciplina.
El desarrollo de la ciencia contemporánea ha generado teorías que transforman nuestro conocimiento del universo; ellas son tomadas por los diseñadores y son el punto de partida de la exploración formal de los proyectos.
Las investigaciones sobre forma urbana se siguen en muchas direcciones, siendo la rama histórica la más fuerte, basada en la importancia de las formas creadas por previas generaciones. Ya, los morfologistas urbanos no limitan su atención a la forma, sino que también examinan a los individuos, organizaciones y procesos que han conducido a esa forma. El predominio del modelo de la física (“fisicalismo epistemológico”), desde una concepción reduccionista, no sería entonces la manera óptima de llevar a cabo una investigación.
En nuestra disciplina, el fisicalismo epistemológico se estudia a través de la teoría de sistemas complejos, en el marco de la teoría del caos. El producto formal resultante se logra seleccionando algunos elementos de la estructura abstracta formal considerada (geometría no euclidiana: fractales) y la experimentación se realiza por medio de softwares de simulación tales como L Systems, Difussion Limited Aggregated, Cellular Automata.  Sin embargo, los resultados por ellos arrojados, necesitan de nuestra intuición y experiencia para una selección adecuada de los mismos; luego deberemos reflexionar cuál es el modelo adecuado para una determinada colectividad.
Las reglas preestablecidas en el software instan a una “búsqueda de la verdad” a partir de diversísimos patrones, de hallar lo que a simple vista está oculto. En este proceso, esta tecnología es una útil experiencia de pensamiento.

EL CASO DE BUENOS AIRES
La forma es relativa a nuestro registro de la misma. Podríamos, por ejemplo, suponer que las ciudades planificadas, -donde el sujeto impone su geometría sobre el medio- son típicamente euclidianas, pero esta postura no se verifica cuando cambiamos nuevamente la escala: en una fotografía satelital encontramos que los procesos de dinámicas sociales de crecimiento urbano denotan bordes sumamente irregulares; nos acercamos y al observar el tejido urbano, desaparecen las figuras euclidianas del trazado original (léase una cuadrícula ilimitada, un dibujo en el terreno, que ignora la geografía del lugar), y sólo vemos una urdimbre tridimensional semejante a un fractal.

En primera instancia, para una aproximación al caso de Buenos Aires, podríamos referirnos a los trabajos del profesor Pierre Frankhauser en los aspectos científicos de la morfología de la manzana(1). Luego, se intentará demostrar, porqué Buenos Aires se presenta como caso atípico y necesita ser comprendida con una actitud reflexiva, interdisciplinaria, que nos permita desviaciones y escisiones en la investigación.
Frankhauser establece que los métodos de medición basados en la geometría fractal, deberían permitirnos verificar hasta qué punto los patrones del mundo real muestran las organizaciones jerárquicas y dónde se producen las rupturas de las mismas. Para ello, parte de las características más elementales de la repartición espacial del área construída. La modelización conveniente es la carpeta de Sierpinski, generada por iteración. El profesor advierte sobre los resultados de la dimensión fractal resultante, ya que refleja las organizaciones jerárquicas de manera global, según el número de sus elementos y no su posición, la que será de sumo interés si se la contrapone con las “lagunas” (patios, parques, plazas). También destaca la importancia de realizar mediciones a través del tiempo, para evaluar las dinámicas en la formación del patrón.
Podríamos deducir que el modelo analógico de la carpeta de Sierpinski se aplicaría a cualquier conformación urbana que parta de una cuadrícula(2). Sin embargo, el modelo basado en la carpeta de Sierpinski no refleja el patrón de Buenos Aires en la escala barrial, porque su morfogénesis ha sido distinta a la de las ciudades europeas, debido a causas geográficas, sociales, políticas, económicas. La paradoja reside en que Buenos Aires fue habitada fundamentalmente por europeos. (3)
Para experimentación, hemos tomado una manzana tipo del barrio de La Boca -del Riachuelo-, en Capital. Las mediciones de la dimensión fractal según el método box-counting arrojan un valor que tiende a 1.80 (4). Pero, como el profesor Carl Bovill advierte en su libro “Fractal Geometry in Architecture and Design”, esta dimensión no toma en cuenta las superposiciones.
La observación empírica delata esta cuestión: bajo las cubiertas, encontramos espacios intermedios, cubiertos, semicubiertos que se van superponiendo en planta y en altura, una urdimbre de diversa materialidad, cruzada por cañerías, tendales, cables, que cierran aún más el corazón de manzana y complejizan en extremo el tejido.

CONTEXTO HISTÓRICO Y MORFOGÉNESIS
En 1580, Juan de Garay llevó a cabo la segunda fundación de Buenos Aires, en las proximidades del Riachuelo de las Conchas, el que aseguraba un fondeadero adecuado a los navíos. El trazado de la futura ciudad, se realizó en base al sistema indiano, una cuadrícula de 15 manzanas de frente por 4 de fondo. La traza era más bien un diseño regulador, donde dominaron las formas de organización semi-rural de baja densidad, con la trama abierta, incluyendo vivienda y huerta hasta avanzado el SXVII. Cabe aclarar, que si bien los mapas antiguos delimitan las calles, espacialmente la vivencia era muy distinta, ya que las calles eran de tierra y conformaban un continuum con los terrenos baldíos y los arroyos. Es decir, morfológicamente, la manzana no existía salvo en los planos.
Las primeras viviendas se organizaron en torno a patios, según las de Andalucía, y según el tipo “pompeyano”, también con patios sucesivos, jerarquizados. La traza se reafirma en 1608, y si bien tenía una estructura clara, la precariedad del asentamiento hizo que los pobladores se instalaran desordenadamente, invadiendo terrenos adyacentes, obligando al Cabildo a ejercer el control del desarrollo edilicio. El arquitecto Jorge Liernur lo atribuye a la incertidumbre generalizada, el estadio anterior a un proyecto consolidado. A mediados del S.XVIII ya se conocían algunas formas precursoras de las casas de inquilinato, y se acostumbraba a compartir la amplia vivienda familiar con varios inquilinos y huéspedes de paso. En el censo de 1744 ya hay viviendas habitadas por 33 personas, entre familiares, sirvientes e inquilinos (v. Jorge Páez, 1970). Con la caída de Rosas en 1852, la Argentina inicia un proceso de “modernización y reorganización”, donde ocupa un lugar fundamental el aporte inmigratorio. A modo de ejemplo, basta afirmar que entre 1661-1870 ingresan 159.570 inmigrantes; entre 1881-1890 ingresan 841.122 y entre 1901-1910 ingresan 1.764.101. Los contingentes se componían de italianos en su mayoría, españoles, franceses, ingleses, suizos, austríacos, alemanes, belgas, turcos, y otros en número no significativo. Se produce entonces un inesperado fenómeno de crecimiento y expansión urbana, que genera el problema de hacinamiento y tugurización provocado por la ocupación masiva de las antiguas viviendas y el surgimiento de las casas de renta, denominadas “conventillos”.
Los conventillos consisten en la agrupación de celdas (habitaciones), pegadas a las medianeras (nótese que ya comienzan a gestarse las típicas medianeras de Buenos Aires), con un prolongado corredor que servía de entrada al patio, el que a su vez contenía la cocina y al fondo el retrete común. El crecimiento de los mismos se da por agregación (5). Ilustramos este concepto con el cuadro sinóptico de tres inmuebles de fines de S. XIX, sitos en La Boca, realizado por Marcelo R. Morales y Horacio A. Paradela en su informe “Conventillos. La Boca. Integración, manipulación y conflicto” (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Bs. As, 1999. Inédito). 


PLANTAS  ANTIGUAS
PLANTAS ACTUALES
DOMICILIO
Brandsen 626
Palos 460
Suárez 500/525
Brandsen 626
Palos 460
PLANTA BAJA
30
46
34
12
52
1º Piso
25
31
31
26
78
2º Piso
-
-
-
26
74
TOTAL
55 cuartos
77 cuartos
65 cuartos
64 cuartos
204 cuartos


Curiosamente, la sociedad, independientemente de las distintas nacionalidades que la componen, también crece por agregación: primero viajan unos pocos inmigrantes que se establecen y luego, con el tiempo, van trayendo a sus parientes más cercanos, de a poco.
Esta agregación no se reduce a las viviendas domésticas, sino también a las fábricas y a consecuencia de la electrificación. “...la introducción de motores eléctricos aceleró la proliferación y el crecimiento de pequeños establecimientos....Analizando la planta de Piccardo en 1908, no se registran signos de ningún proyecto o plan que pueda haber presidido su evolución; al contrario, parece haber crecido por agregación....Pequeños locales estancos se mezclan con locales amplios...Esta variedad y la irregularidad tipológica que causaban los sucesivos crecimientos eran permitidas sobre todo por la ubicuidad de las fuentes de energía”. (Liernur y Silvestri, en “El torbellino de la electrificación”, El Umbral de La Metrópolis. Buenos Aires, 1993). Y más adelante en el texto correspondiente a Artefactos, se explica que también “...la forma por agregación de los artefactos se hacía hegemónica sobre el resto del ambiente...”

Amos Rapoport sostiene que la arquitectura doméstica muestra claramente su carácter compositivo: “edificios dentro de edificios”, incluso considera a los muebles y el fuego como un tipo primordial de “edificio” de evolución independiente; es posible llegar a la escala del material componente, su textura, etc. Esta organización espacial es análoga a  la de un patrón fractal. La autosemejanza no la verificamos en las formas parciales de nuestro urbanismo, sino en la sucesión infinita de idénticos patrones, que van de la macroescala a la microescala.
Observemos una vivienda típica del barrio de La Boca: se suele decir que las formas logradas por los carpinteros provenientes del Sur de Italia, se asemejan a sus casas natales y le dan la identidad “italianizante” al barrio. Sin embargo, hemos de considerar que en la época de su construcción (SXVIII-SXIX) las viviendas aisladas, construídas en madera y chapa proliferaban en Buenos Aires, por su rápida ejecución y los materiales dispuestos: madera, chapas, partes desmontadas de barcos (6), restos de demoliciones como puertas y ventanas viejas, baldosas, etc. Obviamente, estamos ante una verdadera cultura del fragmento, que no tuvo que ver con las culturas inmigrantes, sino con las consecuencias del ejercicio del poder político, rescatado en las ideologías higienistas y la especulación inmobiliaria. Un poder invisible, omnipresente que cobraba materialidad ante el sacrificio de sus víctimas, los habitantes de conventillos que vivían hacinados y morían en cantidad por la feroz epidemia de fiebre amarilla de 1871, que atacó principalmente en los barrios más carenciados cercanos al Riachuelo. “Todo, desde los caminos y las calles, a la forma de las fachadas y la ubicación de los árboles, es fractal en las grandes ciudades....Columnatas, arcadas, filas de edificios angostos con caminos cruzados, todo corresponde a una membrana permeable con huecos que permiten el intercambio –esto es un tipo de fractal”. (N. Salingaros, “Fractals in the new architecture”).

ULTIMAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS MODELOS ANALÓGICOS Y SU APLICABILIDAD
De lo expuesto anteriormente, se desprende que la aplicabilidad del modelo analógico no es abarcativa a todas las ciudades con patrones morfológicos actuales similares, y que deberá variar según el período en el cual se trabaje. Hemos visto, que los planos no reflejan las vivencias espaciales, y deben ser tomados sólo como puntos de partida.
Deberá buscarse por lo tanto, modelizaciones adecuadas a las tendencias de crecimiento urbano. Una propuesta preliminar para la modelización de dinámicas urbanas en Buenos Aires –a escala barrial-, dividida en tres períodos cronológicos, podría ser:
·         Modelos aplicables a tejidos dispersos, granulares, con utilización de filtros “noise” (ruido) para una mejor evaluación del contraste entre llenos y vacíos. La medición de la dimensión fractal correspondería al gráfico de ruido.
·         Modelos de agregación que reflejen la morfogénesis de las manzanas. Los modelos de iteración serían óptimos en el estudio de la subdivisión de parcelas, producto de la especulación inmobiliaria de fines de SXIX.
·         Modelos que denoten una mayor apertura del tejido, a partir del cumplimiento del Código de Planificación Urbana, que establece –para una manzana tipo- la obligación de no exceder con construcciones los 25m desde la Línea Municipal, a fines de dejar un corazón libre de manzana. Las investigaciones demuestran que la actual tendencia en construcción de torres en perímetro libre, generan una apertura del tejido compacto, con lo cual las manzanas nuevamente quedarían definidas por la línea municipal, el borde de las veredas. Tal vez en un futuro, en muchos barrios la modelización óptima sea la tomada para los orígenes de la ciudad, apoyándonos en las 3 dimensiones, por la diversidad de alturas. En nuestra experimentación se trabajó con Cellular Automata, partiendo de configuraciones compactas extraídas de fotografías aéreas de fines de SXX . Los resultados simulan una dispersión del tejido, semejante al del SXVIII, y al de algunos barrios actuales donde conviven las aglomeraciones de viviendas bajas con nuevas torres de perímetro libre. La investigación se encuentra en proceso.

Del estudio histórico-sociológico concluímos que en nuestra sociedad de orígenes multi-étnicos, no hubo disgregamiento espacial de colectividades, sino que se fueron fundiendo entre sí a través del tiempo, una torre de Babel cuyo fenómeno hace muy difícil definir la cultura de las primeras colectividades en forma separada, a través de la arquitectura y el urbanismo. La identidad la han logrado en su iconografía, los aspectos místicos, las comidas, la música, detalles estéticos. Justamente, el tejido actual de Buenos Aires, tan complejo, irregular en su volumetría a pesar del trazado rígido de la cuadrícula, expresa  una forma de vida, la pluralidad social, las marchas y contramarchas políticas y económicas, el avance de los tejidos populares espontáneos en contraposición con los estrictos reglamentos vigentes en el “Centro”. Esto es lo que hace de Buenos Aires una ciudad atípica, y parafraseando al arquitecto Clorindo Testa, lo interesante es que cuando abrimos una ventana, no sabemos qué es lo que vamos a ver, con qué paisaje nos encontraremos....

BIBLIOGRAFÍA
Bovill, Carl. Fractal Geometry in Architecture and Design. Design Science Collection. Birkhäuser. 1996

Bucich, Antonio. Cuadernos de Buenos Aires VII, “El Barrio de La Boca. La Boca del Riachuelo desde Pedro de Mendoza hasta las postrimerías del siglo XIX”. Municipalidad de Buenos Aires, 1970

Censo Municipal de Buenos Aires del 17 de agosto de 1887. Tomo II. Museo Mitre. 1887
Clementi, Hebe. Protagonistas de La Boca...un pueblo. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. 2000

Frankhauser, Pierre. “Fractal Geometry of Urban Patterns and their morphogenesis”, en Discrete Dynamics in Nature and Society, Vol.2, pág.127-145, Université de Franche-Comté, Francia, 1997.
--“The Fractal Approach. A new tool for the spatial analysis of urban agglomerations”

Gutiérrez, Ramón. Buenos Aires. Evolución Histórica. Talleres Gráficos de Escala. 1992
Liernur, Jorge F. y Silvestri, Graciela. El Umbral de la Metrópolis. Transformaciones Técnicas y cultura en la modernización de Buenos Aires (1870-1930). Colección Historia y Cultura. Ed. Sudamericana. Buenos Aires, 1993

Morales Marcelo R. y Paradela Horacio A. “Conventillos. La Boca. Integración, manipulación y conflicto” (informe para la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Bs. As, 1999. Inédito).
Páez, Jorge. El Conventillo. Colección Grandes Exitos. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1976

Planos de Buenos Aires Siglos XVIII, XIX y XX. Museo Histórico de la Ciudad y Biblioteca de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.

Rapoport, Amos. “Aspectos Humanos de la Forma Urbana. Hacia una confrontación de las Ciencias Sociales con el diseño de la forma urbana”. Colección Arquitectura/Perspectivas, Ed. Gustavo Gilli, Barcelona, 1978

Salingaros, Nikos. Fractals in the New Architecture, Archimagazine. Ed. on line

Spinadel, Vera. Microcurso “Fractales, Caos y Diseño Urbano”. (ICVA-1º Congreso Virtual de Arquitectura).FADU, Argentina, diciembre 1999 a enero 2000.

NOTAS
(1) Ver “Fractal Geometry of Urban Patterns and their morphogenesis”, en Discrete Dynamics in Nature and Society, Vol.2, pág.127-145, Université de Franche-Comté, Francia, 1997. También  “The Fractal Approach. A new tool for the spatial analysis of urban agglomerations”. En estos textos, el ejemplo más cercano a Buenos Aires es el de la ciudad de Besancon (patrón D=1.81)
(2) En 1997 Frankhauser reporta 20 metrópolis analizadas a escala regional según sus patrones fractales, principalmente europeas. Las investigaciones en la microescala se dan a partir de los últimos años, siendo sus precursores Batty y Xie, quienes se apoyan en las fuentes de datos americana  “Tiger” y GIS.
(3) La referencia es estricta a la ciudad planificada, no nos referimos a la población indígena que en la zona de la actual Buenos Aires no habían constituido ciudad, sino asentamientos, como los Quilmes.
(4) La metodología se adoptó siguiendo las premisas del profesor Carl Bovill, ya que la figura externa que contiene las cajas es un rectángulo. Consideramos que el rectángulo se adapta mejor a la mayoría de las manzanas y sus perfiles, dando resultados más certeros que la opción del cuadrado como figura externa. La dimensión de autosemejanza contempla las superposiciones, por eso la adoptamos en mediciones de cortes y perfiles urbanos.
(5) El término alude a los fractales clasificados como DLA (Difussion Limited Aggregation), debido a su analogía con el comportamiento de partículas en una solución, atraídas por un electrodo.
(6) La posibilidad de la utilización de los barcos como primera vivienda, y/o sus partes, es sugerida por el licenciado Marcelo Weissel, en “Había una vez un puerto”. El Puerto en el Riachuelo y la Arqueología del Rescate. Producido por el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. 1998



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