Publicado en Proceedings de CONGRESO FFRACTARQ, España 2004:
ABSTRACT
Investigations about urban form are developed in many directions, being
the history branch the strongest. It is based on the importance of forms
created for previous generations. So, urban morphologists must examine the
inhabitants and the processes that origined the urban form. In our discipline,
´´epistemological fisicalism´´ is studied through the theory of complex systems
and chaos theory. The resultant shape is obtained by selecting some elements of
the abstract structure considered (non Euclidean geometry) and simulation
software is used for experimentation, like L Systems, Difussion Limited
Aggregated, Cellular Automata. Then we have to discover what is veiled at first
sight and to reflect on the optimal model for the community.
INTRODUCCIÓN
El concepto de experimento presupone
la existencia de una teoría, sin teoría no habría experimento, sólo
observación. El término “teoría de la arquitectura” sugiere un dominio
científico de la arquitectura, cuya intención reside en proveer de
confiabilidad a los fundamentos teóricos de la disciplina.
El desarrollo de la ciencia
contemporánea ha generado teorías que transforman nuestro conocimiento del
universo; ellas son tomadas por los diseñadores y son el punto de partida de la
exploración formal de los proyectos.
Las investigaciones sobre forma
urbana se siguen en muchas direcciones, siendo la rama histórica la más fuerte,
basada en la importancia de las formas creadas por previas generaciones. Ya,
los morfologistas urbanos no limitan su atención a la forma, sino que también
examinan a los individuos, organizaciones y procesos que han conducido a esa
forma. El predominio del modelo de la física (“fisicalismo epistemológico”),
desde una concepción reduccionista, no sería entonces la manera óptima de
llevar a cabo una investigación.
En nuestra disciplina, el fisicalismo
epistemológico se estudia a través de la teoría de sistemas complejos, en el
marco de la teoría del caos. El producto formal resultante se logra
seleccionando algunos elementos de la estructura abstracta formal considerada
(geometría no euclidiana: fractales) y la experimentación se realiza por medio
de softwares de simulación tales como L Systems, Difussion Limited Aggregated,
Cellular Automata. Sin embargo, los resultados
por ellos arrojados, necesitan de nuestra intuición y experiencia para una
selección adecuada de los mismos; luego deberemos reflexionar cuál es el modelo
adecuado para una determinada colectividad.
Las reglas preestablecidas en el
software instan a una “búsqueda de la verdad” a partir de diversísimos
patrones, de hallar lo que a simple vista está oculto. En este proceso, esta
tecnología es una útil experiencia de pensamiento.
EL CASO DE BUENOS AIRES
La forma es relativa a nuestro
registro de la misma. Podríamos, por ejemplo, suponer que las ciudades
planificadas, -donde el sujeto impone su geometría sobre el medio- son
típicamente euclidianas, pero esta postura no se verifica cuando cambiamos
nuevamente la escala: en una fotografía satelital encontramos que los procesos
de dinámicas sociales de crecimiento urbano denotan bordes sumamente
irregulares; nos acercamos y al observar el tejido urbano, desaparecen las
figuras euclidianas del trazado original (léase una cuadrícula ilimitada, un
dibujo en el terreno, que ignora la geografía del lugar), y sólo vemos una
urdimbre tridimensional semejante a un fractal.
En primera instancia, para una
aproximación al caso de Buenos Aires, podríamos referirnos a los trabajos del
profesor Pierre Frankhauser en los aspectos científicos de la morfología de la
manzana(1). Luego, se intentará demostrar, porqué Buenos Aires se presenta como
caso atípico y necesita ser comprendida con una actitud reflexiva,
interdisciplinaria, que nos permita desviaciones y escisiones en la
investigación.
Frankhauser
establece que los métodos de medición basados en la geometría fractal, deberían
permitirnos verificar hasta qué punto los patrones del mundo real muestran las
organizaciones jerárquicas y dónde se producen las rupturas de las mismas. Para
ello, parte de las características más elementales de la repartición espacial
del área construída. La modelización conveniente es la carpeta de Sierpinski,
generada por iteración. El profesor advierte sobre los resultados de la
dimensión fractal resultante, ya que refleja las organizaciones jerárquicas de
manera global, según el número de sus elementos y no su posición, la que será de sumo interés si se la
contrapone con las “lagunas” (patios, parques, plazas). También destaca la
importancia de realizar mediciones a través del tiempo, para evaluar las
dinámicas en la formación del patrón.
Podríamos deducir que el modelo
analógico de la carpeta de Sierpinski se aplicaría a cualquier conformación
urbana que parta de una cuadrícula(2). Sin embargo, el modelo basado en la
carpeta de Sierpinski no refleja el patrón de Buenos Aires en la escala
barrial, porque su morfogénesis ha sido distinta a la de las ciudades europeas,
debido a causas geográficas, sociales, políticas, económicas. La paradoja
reside en que Buenos Aires fue habitada fundamentalmente por europeos. (3)
Para experimentación, hemos tomado
una manzana tipo del barrio de La Boca -del Riachuelo-, en Capital. Las
mediciones de la dimensión fractal según el método box-counting arrojan un
valor que tiende a 1.80 (4). Pero, como el profesor Carl Bovill advierte en su
libro “Fractal Geometry in Architecture and Design”, esta dimensión no toma en
cuenta las superposiciones.
La observación empírica delata esta
cuestión: bajo las cubiertas, encontramos espacios intermedios, cubiertos, semicubiertos
que se van superponiendo en planta y en altura, una urdimbre de diversa
materialidad, cruzada por cañerías, tendales, cables, que cierran aún más el
corazón de manzana y complejizan en extremo el tejido.
CONTEXTO HISTÓRICO Y MORFOGÉNESIS
En 1580, Juan de Garay llevó a cabo
la segunda fundación de Buenos Aires, en las proximidades del Riachuelo de las
Conchas, el que aseguraba un fondeadero adecuado a los navíos. El trazado de la
futura ciudad, se realizó en base al sistema indiano, una cuadrícula de 15
manzanas de frente por 4 de fondo. La traza era más bien un diseño regulador,
donde dominaron las formas de organización semi-rural de baja densidad, con la
trama abierta, incluyendo vivienda y huerta hasta avanzado el SXVII. Cabe
aclarar, que si bien los mapas antiguos delimitan las calles, espacialmente la
vivencia era muy distinta, ya que las calles eran de tierra y conformaban un
continuum con los terrenos baldíos y los arroyos. Es decir, morfológicamente,
la manzana no existía salvo en los planos.
Las primeras viviendas se organizaron
en torno a patios, según las de Andalucía, y según el tipo “pompeyano”, también
con patios sucesivos, jerarquizados. La traza se reafirma en 1608, y si bien
tenía una estructura clara, la precariedad del asentamiento hizo que los
pobladores se instalaran desordenadamente, invadiendo terrenos adyacentes,
obligando al Cabildo a ejercer el control del desarrollo edilicio. El
arquitecto Jorge Liernur lo atribuye a la incertidumbre generalizada, el
estadio anterior a un proyecto consolidado. A mediados del S.XVIII ya se
conocían algunas formas precursoras de las casas de inquilinato, y se
acostumbraba a compartir la amplia vivienda familiar con varios inquilinos y
huéspedes de paso. En el censo de 1744 ya hay viviendas habitadas por 33
personas, entre familiares, sirvientes e inquilinos (v. Jorge Páez, 1970). Con
la caída de Rosas en 1852, la Argentina inicia un proceso de “modernización y
reorganización”, donde ocupa un lugar fundamental el aporte inmigratorio. A
modo de ejemplo, basta afirmar que entre 1661-1870 ingresan 159.570
inmigrantes; entre 1881-1890 ingresan 841.122 y entre 1901-1910 ingresan
1.764.101. Los contingentes se componían de italianos en su mayoría, españoles,
franceses, ingleses, suizos, austríacos, alemanes, belgas, turcos, y otros en
número no significativo. Se produce entonces un inesperado fenómeno de
crecimiento y expansión urbana, que genera el problema de hacinamiento y
tugurización provocado por la ocupación masiva de las antiguas viviendas y el
surgimiento de las casas de renta, denominadas “conventillos”.
Los conventillos consisten en la
agrupación de celdas (habitaciones), pegadas a las medianeras (nótese que ya
comienzan a gestarse las típicas medianeras de Buenos Aires), con un prolongado
corredor que servía de entrada al patio, el que a su vez contenía la cocina y
al fondo el retrete común. El crecimiento de los mismos se da por agregación
(5). Ilustramos este concepto con el cuadro sinóptico de tres inmuebles de
fines de S. XIX, sitos en La Boca, realizado por Marcelo R. Morales y Horacio
A. Paradela en su informe “Conventillos. La Boca. Integración, manipulación y
conflicto” (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Bs. As, 1999.
Inédito).
PLANTAS ANTIGUAS
|
PLANTAS ACTUALES
|
||||
DOMICILIO
|
Brandsen 626
|
Palos 460
|
Suárez 500/525
|
Brandsen 626
|
Palos 460
|
PLANTA BAJA
|
30
|
46
|
34
|
12
|
52
|
1º Piso
|
25
|
31
|
31
|
26
|
78
|
2º Piso
|
-
|
-
|
-
|
26
|
74
|
TOTAL
|
55 cuartos
|
77 cuartos
|
65 cuartos
|
64 cuartos
|
204 cuartos
|
Curiosamente, la sociedad,
independientemente de las distintas nacionalidades que la componen, también
crece por agregación: primero viajan unos pocos inmigrantes que se establecen y
luego, con el tiempo, van trayendo a sus parientes más cercanos, de a poco.
Esta agregación no se reduce a las
viviendas domésticas, sino también a las fábricas y a consecuencia de la
electrificación. “...la introducción de motores eléctricos aceleró la
proliferación y el crecimiento de pequeños establecimientos....Analizando la
planta de Piccardo en 1908, no se registran signos de ningún proyecto o plan
que pueda haber presidido su evolución; al contrario, parece haber crecido por
agregación....Pequeños locales estancos se mezclan con locales amplios...Esta
variedad y la irregularidad tipológica que causaban los sucesivos crecimientos
eran permitidas sobre todo por la ubicuidad de las fuentes de energía”.
(Liernur y Silvestri, en “El torbellino de la electrificación”, El Umbral de La
Metrópolis. Buenos Aires, 1993). Y más adelante en el texto correspondiente
a Artefactos, se explica que también “...la forma por agregación de los
artefactos se hacía hegemónica sobre el resto del ambiente...”
Amos Rapoport sostiene que la
arquitectura doméstica muestra claramente su carácter compositivo: “edificios
dentro de edificios”, incluso considera a los muebles y el fuego como un tipo
primordial de “edificio” de evolución independiente; es posible llegar a la
escala del material componente, su textura, etc. Esta organización espacial es análoga a la de un patrón fractal. La autosemejanza no
la verificamos en las formas parciales de nuestro urbanismo, sino en la
sucesión infinita de idénticos patrones, que van de la macroescala a la
microescala.
Observemos una vivienda típica del
barrio de La Boca: se suele decir que las formas logradas por los carpinteros
provenientes del Sur de Italia, se asemejan a sus casas natales y le dan la
identidad “italianizante” al barrio. Sin embargo, hemos de considerar que en la
época de su construcción (SXVIII-SXIX) las viviendas aisladas, construídas en
madera y chapa proliferaban en Buenos Aires, por su rápida ejecución y los
materiales dispuestos: madera, chapas, partes desmontadas de barcos (6), restos
de demoliciones como puertas y ventanas viejas, baldosas, etc. Obviamente,
estamos ante una verdadera cultura del fragmento, que no tuvo que ver con las
culturas inmigrantes, sino con las consecuencias del ejercicio del poder
político, rescatado en las ideologías higienistas y la especulación
inmobiliaria. Un poder invisible, omnipresente que cobraba materialidad ante el
sacrificio de sus víctimas, los habitantes de conventillos que vivían hacinados
y morían en cantidad por la feroz epidemia de fiebre amarilla de 1871, que
atacó principalmente en los barrios más carenciados cercanos al Riachuelo. “Todo,
desde los caminos y las calles, a la forma de las fachadas y la ubicación de
los árboles, es fractal en las grandes ciudades....Columnatas, arcadas, filas
de edificios angostos con caminos cruzados, todo corresponde a una membrana
permeable con huecos que permiten el intercambio –esto es un tipo de fractal”. (N. Salingaros, “Fractals in the new architecture”).
ULTIMAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS
MODELOS ANALÓGICOS Y SU APLICABILIDAD
De lo expuesto anteriormente, se
desprende que la aplicabilidad del modelo analógico no es abarcativa a todas
las ciudades con patrones morfológicos actuales similares, y que deberá variar
según el período en el cual se trabaje. Hemos visto, que los planos no reflejan
las vivencias espaciales, y deben ser tomados sólo como puntos de partida.
Deberá buscarse por lo tanto,
modelizaciones adecuadas a las tendencias de crecimiento urbano. Una propuesta
preliminar para la modelización de dinámicas urbanas en Buenos Aires –a escala
barrial-, dividida en tres períodos cronológicos, podría ser:
·
Modelos aplicables a tejidos dispersos, granulares, con utilización de
filtros “noise” (ruido) para una mejor evaluación del contraste entre llenos y
vacíos. La medición de la dimensión fractal correspondería al gráfico de ruido.
·
Modelos de agregación que reflejen la morfogénesis de las manzanas. Los
modelos de iteración serían óptimos en el estudio de la subdivisión de
parcelas, producto de la especulación inmobiliaria de fines de SXIX.
·
Modelos que denoten una mayor apertura del tejido, a partir del cumplimiento
del Código de Planificación Urbana, que establece –para una manzana tipo- la
obligación de no exceder con construcciones los 25m desde la Línea Municipal, a
fines de dejar un corazón libre de manzana. Las investigaciones demuestran que
la actual tendencia en construcción de torres en perímetro libre, generan una
apertura del tejido compacto, con lo cual las manzanas nuevamente quedarían
definidas por la línea municipal, el borde de las veredas. Tal vez en un
futuro, en muchos barrios la modelización óptima sea la tomada para los
orígenes de la ciudad, apoyándonos en las 3 dimensiones, por la diversidad de
alturas. En nuestra experimentación se trabajó con Cellular Automata, partiendo
de configuraciones compactas extraídas de fotografías aéreas de fines de SXX .
Los resultados simulan una dispersión del tejido, semejante al del SXVIII, y al
de algunos barrios actuales donde conviven las aglomeraciones de viviendas
bajas con nuevas torres de perímetro libre. La investigación se encuentra en
proceso.
Del estudio histórico-sociológico
concluímos que en nuestra sociedad de orígenes multi-étnicos, no hubo
disgregamiento espacial de colectividades, sino que se fueron fundiendo entre
sí a través del tiempo, una torre de Babel cuyo fenómeno hace muy difícil
definir la cultura de las primeras colectividades en forma separada, a través
de la arquitectura y el urbanismo. La identidad la han logrado en su
iconografía, los aspectos místicos, las comidas, la música, detalles estéticos.
Justamente, el tejido actual de Buenos Aires, tan complejo, irregular en su
volumetría a pesar del trazado rígido de la cuadrícula, expresa una forma de vida, la pluralidad social, las
marchas y contramarchas políticas y económicas, el avance de los tejidos
populares espontáneos en contraposición con los estrictos reglamentos vigentes
en el “Centro”. Esto es lo que hace de Buenos Aires una ciudad atípica, y
parafraseando al arquitecto Clorindo Testa, lo interesante es que cuando
abrimos una ventana, no sabemos qué es lo que vamos a ver, con qué paisaje nos
encontraremos....
BIBLIOGRAFÍA
Bovill, Carl. Fractal Geometry in Architecture and Design. Design Science Collection. Birkhäuser. 1996
Bucich, Antonio. Cuadernos de Buenos Aires VII, “El Barrio de La
Boca. La Boca del Riachuelo desde Pedro de Mendoza hasta las postrimerías del
siglo XIX”. Municipalidad de Buenos Aires, 1970
Censo Municipal de Buenos Aires del 17 de agosto
de 1887. Tomo II. Museo Mitre. 1887
Clementi, Hebe. Protagonistas de La Boca...un pueblo. Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. 2000
Frankhauser, Pierre. “Fractal Geometry of Urban Patterns and their morphogenesis”,
en Discrete Dynamics in Nature and Society, Vol.2, pág.127-145, Université de
Franche-Comté, Francia, 1997.
--“The Fractal Approach. A new tool for the spatial analysis of urban
agglomerations”
Gutiérrez, Ramón. Buenos Aires. Evolución Histórica. Talleres
Gráficos de Escala. 1992
Liernur, Jorge F. y Silvestri, Graciela. El Umbral de la
Metrópolis. Transformaciones Técnicas y cultura en la modernización de Buenos
Aires (1870-1930). Colección Historia y Cultura. Ed. Sudamericana. Buenos
Aires, 1993
Morales Marcelo R. y Paradela Horacio A. “Conventillos. La Boca.
Integración, manipulación y conflicto” (informe para la Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Bs. As, 1999. Inédito).
Páez, Jorge. El Conventillo. Colección Grandes Exitos. Centro
Editor de América Latina. Buenos Aires, 1976
Planos de Buenos Aires Siglos XVIII,
XIX y XX. Museo Histórico de la Ciudad y Biblioteca de la Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo.
Rapoport, Amos. “Aspectos Humanos de la Forma Urbana. Hacia una
confrontación de las Ciencias Sociales con el diseño de la forma urbana”.
Colección Arquitectura/Perspectivas, Ed. Gustavo Gilli, Barcelona, 1978
Salingaros, Nikos. Fractals in the New Architecture, Archimagazine. Ed. on line
Spinadel, Vera. Microcurso “Fractales, Caos y Diseño Urbano”.
(ICVA-1º Congreso Virtual de Arquitectura).FADU, Argentina, diciembre 1999 a
enero 2000.
NOTAS
(1) Ver “Fractal Geometry of Urban Patterns and their morphogenesis”, en
Discrete Dynamics in Nature and Society, Vol.2, pág.127-145, Université de
Franche-Comté, Francia, 1997. También
“The Fractal Approach. A new tool for the spatial analysis of urban
agglomerations”. En estos textos, el ejemplo más cercano a Buenos Aires es el de la ciudad
de Besancon (patrón D=1.81)
(2) En 1997 Frankhauser reporta 20
metrópolis analizadas a escala regional según sus patrones fractales,
principalmente europeas. Las investigaciones en la microescala se dan a partir
de los últimos años, siendo sus precursores Batty y Xie, quienes se apoyan en
las fuentes de datos americana “Tiger”
y GIS.
(3) La referencia es estricta a la
ciudad planificada, no nos referimos a la población indígena que en la zona de
la actual Buenos Aires no habían constituido ciudad, sino asentamientos, como
los Quilmes.
(4) La metodología se adoptó
siguiendo las premisas del profesor Carl Bovill, ya que la figura externa que
contiene las cajas es un rectángulo. Consideramos que el rectángulo se adapta
mejor a la mayoría de las manzanas y sus perfiles, dando resultados más
certeros que la opción del cuadrado como figura externa. La dimensión de
autosemejanza contempla las superposiciones, por eso la adoptamos en mediciones
de cortes y perfiles urbanos.
(5) El término alude a los fractales
clasificados como DLA (Difussion Limited Aggregation), debido a su analogía con
el comportamiento de partículas en una solución, atraídas por un electrodo.
(6) La
posibilidad de la utilización de los barcos como primera vivienda, y/o sus
partes, es sugerida por el licenciado Marcelo Weissel, en “Había una vez un
puerto”. El Puerto en el Riachuelo y la Arqueología del Rescate. Producido por
el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. 1998
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